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GALDRIC: EL SAN JORGE FRANCÉS

En Rivesaltes, en los Pirineos orientales, existe una leyenda que desembocó en la fiesta más importante del municipio. Esta leyenda del siglo XII está protagonizada por Le Babau, un horrible ser mitad iguana, mitad dragón.


La antigua ciudad de Rivesaltes estaba rodeada de una gran muralla defensiva lo suficientemente segura para proteger al pueblo de la invasión de sus enemigos, pero tenía un pequeño agujero, el agujero del horno, por donde se tiraban los desperdicios de la ciudad.


Una noche, mientras los aldeanos descansaban, comenzaron a sentir un enorme temblor en el suelo, de hecho, tuvieron que pasar unos minutos hasta que nuevamente vino la calma. Los aldeanos, asustados, salieron de sus casas y, con gran horror, se dieron cuenta de que muchos niños habían desaparecido. Aunque aparentemente todo era normal, pronto se percataron de que el agujero del horno estaba visiblemente ensanchado; alguien o algo había pasado por ahí.


Tras tres noches de tranquilidad, los ruidos y temblores aparecieron de nuevo. Esta vez, sin embargo, las piedras volaban por el aire. Los aldeanos muy asustados cerraron sus casas y permanecieron inmóviles junto a sus hijos pequeños. A pesar de que ningún niño desapareció, se encontró en la calle dos conejos muertos y unas pisadas de enormes garras.


Un valeroso caballero, Galdric, decidió ayudar al pueblo. Ingenió un plan para atrapar a la bestia. Así, sabiendo que el olor a comida conduciría a Babau a un lugar determinado, ató un cerdo delante del agujero del horno.


El olor del cerdo empezó pronto a colarse por todos los rincones de la zona lo que hizo que la bestia también lo oliera. Atraída por él, como un burro a quien le ponen una zanahoria, se dirigió hacia la trampa, momento que aprovecho Galdric para lanzar una flecha a su cuello. Entonces, y al mismo tiempo, los aldeanos vertieron agua hirviendo sobre sus escamas. A pesar de todo, Babau no muró. Herido se refugió en el río, pero al cabo de unos días el monstruo apareció muerto.


Rivesaltes se había librado de Babau, y una gran fiesta se organizó por las calles del pueblo. Es por esto que desde entonces en el mes de agosto Rivesaltes celebra la muerte de Babau a manos de Galdric.

GALDRIC: EL SAN JORGE FRANCÉS

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